viernes, 30 de septiembre de 2011

Hoy llueve

Hoy llueve.

Mientras miro por la ventana, a la gente pasar, pienso sin pensar, y recuerdo sin intentarlo.

Una idea me viene a la mente, y me levanto. Rebuscar entre mis cosas siempre fue tarea difícil, pero hoy la veo imposible.

Pero algo me anima a hacerlo.

Por fin, entre trastos varios y suciedad acumulada, encuentro lo que busco.

El costurero.

Voy cogiendo prendas de ropa, una a una, guiada por un instinto interior. Chaqueta, jersey amarillo, pantalones vaqueros... mi memoria me falla, casi ni me acuerdo. Pero hago un esfuerzo.

Con todo en mano, me dirijo a la ventana. Hoy llueve... 
 
A cada punto que doy, le pongo una ilusión, a cada arreglo, una promesa. A cada pinchazo, una esperanza de seguir adelante. Y sigo cosiendo, cosiendo estos recuerdos que la lluvia libera hoy de mi mente.

Porque hoy llueve, y yo acompaño a la lluvia, no con paraguas, no con sonrisas. La lluvia solo viene acompañada de grises, de recuerdos... de melancolía.

la melancolía es la felicidad de estar triste”

Es perfecta para mí.

Doy el último punto, y miro el fruto de este día tormentoso. Me pongo a llover yo también. Sentado al lado de la ventana, con esa chaqueta, te pareces bastante... pero eres menos blando, más cálido, y tu sonrisa es mil veces mas hermosa que este engendro que he creado.

Qué más da, con esto servirá.

Me apoyo contra tu yo de ropa, al lado de la ventana, y me abrazo con tus brazos de lana, como en su día hicieras con los naturales. Estoy más calentita... Pero no deja de llover.

Porque aunque piense en ti, aunque te recree, aunque ponga mi ilusión, mis promesas, mis esperanzas, y mi corazón en volver a estar contigo...

Lo único que consigo es una copia deforme y barata.

Hoy llueve... y yo acompaño a la lluvia. Pero ahora no estoy sola... no estoy sola...

Porque tus recuerdos me amparan.

Y aquí, junto a la lluvia, me quedo esperándote, mientras cierro los ojos, mientras me quedo dormida y sueño, por un instante...

Que has vuelto a por mi.