Abriría una cajita, y lanzaría todas mis lágrimas, angustia y miedos en su interior.
Cual mariposa, desplegaría unas pequeñas alas para surcar los cielos, bien lejos, e iría en tu busca. Durante días,
semanas, meses,
vidas...
Hasta que pudiera encontrarte
Volver a verte, ahí, en ese cruce por el que te vi marchar sin mí.
Ahí volvería con mi cajita, cerrada a pulso con gran dificultad, y te la entregaría.
Para que pudiera volver a ver tu sonrisa,
para que, tras todo este tiempo de amargos silencios,
mis labios pudieran pronunciar
esas dos grandes palabras mágicas
que nunca lograron salir de mi boca,
aunque mi corazón ansiaba soltarlas...
Y, así, pudiésemos empezar de cero.
¿lo harías tú por mí? ¿podrías sentir lo mismo?
Aquí sigo, en esta encrucijada sin moverme, sin avanzar, sin retroceder,
sin saber como entregarte estas dos palabras que aún hoy me pesan, pero que tanto ansío darlas como oírlas...
y no encuentro el método para encontrarlas.
“te perdono”
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