domingo, 18 de diciembre de 2011

It's close!

El cerrojo cerró, seco, perfecto. Ya no había vuelta atrás.
Yo fuera, tú dentro.
Una verdad inamovible.
Tú no morirías, no sonreirías, no cantarías, no soñarías.
Pero vivirías.
Yo la guardaría, celosamente,
protegería tu puerta y te mantendría con vida.
Porque no te olvidaría.

Con esta idea en mente,
acabaron nuestras vidas en comunión,
de forma fortuita, indolora e insípida.

Mi misión fue vivir de tu recuerdo, copiarlo, honrarlo y protegerlo,
mientras el tuyo fue pintar esas cuatro paredes de ilusiones
y promesas que jamás verían la luz del sol.
Día a día, escuchaba tu entorpecido respirar
y forjaba canciones con él, haciéndolas tuyas,
e imaginando como volarían por ese cielo gris
que se presentaba frente a mí.

Ese cielo que tú ya no pintabas.

¿qué harías allí dentro?
¿eras feliz a tu modo?
Quería pensar que sí, por puro egoísmo,
porque yo sí podía ser feliz anulando tu verdad
y conviviendo con tu sueño.

Esperaba que tú sintieses algo similar.

Con el paso del tiempo, las hojas cayeron
y los senderos antaño claros se volvieron más sombríos.
Tu sueño se esfumaba a cada paso,
y sin él no había fuerzas con las que poder avanzar.

Tú ya no respirabas.

Mis fuerzas menguaban, tal como hojas en otoño,
y caía lentamente hacía el abismo del derrumbe.
Quise salvarte, abrir esa puerta
que antaño cerrada con delicadeza
solo se abriría con el estruendo de una voz,
una voz que lograra penetrar esas paredes inquebrantables.

Pero nadie quería intentar alzar su voz...

Lo intenté con todas mis fuerzas,
atraer esas melodías hasta tu hogar,
pero no soy tú...
Mi pequeña, yo no sé sonreír, no se compartir...
No sé soñar.
Solo supe hacerlo mientras tú me enseñabas...

Y ahora estoy aquí,
delante de estas paredes que yo misma te impuse,
pensando, destrozándome los sesos planeando,
imaginando, maquinando,
algún modo de sacarte de ahí.

Porque yo te protegía de todo...
pero no pude protegerte de mí misma.

Y sin ti no estoy completa...
y no podemos avanzar.

¿cómo lo hago, mi pequeña dama?
¿cómo lo hago para enmendar mi error?
¿qué puedo hacer, mi pequeña dama...
para que no nos extingamos las dos?

No hay comentarios:

Publicar un comentario