viernes, 16 de diciembre de 2011

Kiss

Me pongo frente a ti.
Me miras... Te miro.
Noto los centímetros que separan a mi torso de tus brazos...
Los disminuyo lentamente, mientras te sigo mirando,
hundiendome en esos dos pozos llenos de inseguridades.
No te atreves... Yo tampoco.
Pero me acerco un poco más.
Tú no te alejas.
Me observas con cierta indiferencia
pero tu labio se desata en un breve temblor... te ha delatado.

Quieres, quieres, pero no puedes.

No sabes si no puedes, si no lo intentas.

Acerco nuestras bocas, a escasos milímetros.
Noto tu aliento sobre mí. Es tan cálido...
Un par de segundos de presión, y tu lengua entra en escena.
Nerviosa, impaciente.
Asoma la cabeza y vuelve a esconderse,
dejando un rastro de su paso.
Para que sepa por donde seguirla,
para que vea que me espera...

Cierras la boca, ese gesto fue un error,
te das cuenta y te recolocas, incómodo.
Yo también me doy cuenta.
Me alejo unos centímetros, y tu mano me atrapa la cintura.
Tus ojos me suplican “no te vayas”.
Dudo frente a ellos, un solo instante.
Está bien”, me digo. Es agradable tenerte cerca.

Dolorosamente agradable.

Apoyo mi cabeza en tu pecho, y escucho tu respiración nerviosa.
Levanto la vista, para encontrar esos pozos.
¿de qué tienes miedo?” Dicen, inocentes, frente a ti.
De romper este momento...” me responden, inquietamente cómodos.

Porque no puedes. No quieres.

Porque querer es poder.

Acerco mis labios, cansados de vagar sin rumbo.
Te quedas unos instantes sin aliento,
expectante de lo que suceda en este momento.

Este momento tan cálido...

Poso un beso en tu mejilla, y otro, y otro más.
Gracias, te dicen.
Gracias por estar aquí, por no querer alejarme.
Gracias...
Respiras hondo, te relajas y me dejas agradecer.
Te descuidas.
Yo me dejo llevar, acariciando tus pómulos,
jugando a no poder tenerte, y a encontrarte tan cerca.

Es tan dolorosamente agradable...

Se me escapa, tan natural que ni lo veo venir.
Un beso mal colocado, un giro de cabeza inesperado.
Y ¡Chas! Nuestros labios se encuentran.
Me sorprendo.
Me aparto.
Balbuceo algo que no entiendo,
he traicionado ese hilo de confianza...

Porque no podemos.
Aunque queremos, no podemos.

Quiero arreglarlo, no quiero dañar este momento.
Tu tampoco quieres, y acompañas mi huida
para que no me aleje, para no perderme.

Nuestras bocas deciden por nosotros,
y se vuelven a encontrar.
Se abrazan, se miman, se fusionan y se separan,
un solo centímetro, para recuperar parte del aliento
y volver al calor de la otra, que le espera con ansia...

Porque ellas sí quieren... Y pueden.

Se separan, inquietas,
y respiran el aliento de la otra, dulce, apetitoso.
La tuya sonríe, la mía también.
Vuelven a encontrarse, a compartir,
sin miedos y sin cálculos, solas,
la una contra la otra,
dando todo lo que nuestras miradas se pedían...

Y nosotros les dejamos hacer, embriagados de placer,
del placer que da desafiar a las reglas...

Para poder conseguir algo prohibido.
Y anhelado.

Porque no puedes,
Porque no puedo.
Pero ambos queremos...
No hay más que hablar.

...¿verdad...?

Pd: hecho de menos dar(te) besos. Hecho de menos devolver(te) besos... Pero sobretodo, por encima de todo... (te) hecho de menos.

1 comentario:

  1. Me gustó, en especial lo de dolorosamente agradable. Comparto.
    Un beso! gracias por las lecturas y la posibilidad de leerte.

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