viernes, 17 de septiembre de 2010

Gritos

Se atrevió, por fin, a lanzar un grito al cielo.
Pero su voz fue tan débil, que nadie la escuchó.

Las palabras estaban ahí, esperando salir.
Pensó en gritar de nuevo,
en intentar sacar con fuerza esos sentimientos tan escondidos, tan dolorosos
Pero una voz sonó en su mente... y la obligó a callar.

¿es malo tener miedo?
¿es cruel querer ser feliz?

¿es mentirse querer no saber ciertas cosas?

"Dios no es un máster benévolo... en la vida no existen los dados de acción"

esas palabras, antaño conocidas, volvieron a asaltar su mente.
Estaba de nuevo anclada, de nuevo frente al precipicio.

Y ya era hora.

De saltar... o de dar media vueltas y volver con el rabo entre las piernas.

Sin embargo, por unos segundos,
cerró los ojos de nuevo...
mirando al cielo...
y pensó que ojala se parara el tiempo en ese instante.

Mientras, el tiempo corría...
Y nadie seguía siendo capaz de escucharla.

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